




El que está en la Casa despierta y entra a una realidad diferente y mejor. Despertar a la experiencia estética es exactamente lo contrario a la anestesia.
La sensibilización, la sensación y la sensibilidad son los ámbitos en los cuales puede expandirse la conciencia y ocurrir como un hecho concreto y real nuestro sueño del oasis paradisíaco que es Casa de Salud. Somos dependientes de la belleza, de la alegría de ser, del encuentro y el reflejo en el otro. Somos dependientes de nuestra libertad, de nuestros deseos. El amor es la máxima expresión de la experiencia sensorial, es la resultante del acto superior de la voluntad de liberarse del yo para ser a través del otro o de lo otro. No somos solos aunque nadie más pueda probar nuestro ser y existencia.
Sólo nosotros mismos podemos lograr y vivir el acto de belleza y perfección máxima que es el amor, el acto heroico por definición, el amor ocurre cuando no hay miedo, cuando el valor del universo se instala en nosotros a través de la experiencia del desapego y del desprendimiento.
Queremos darlo todo para ser todo. Queremos formar parte y soñamos con integrarnos a una realidad superior más allá de las diferencias y los egos.
Nuestro proyecto es sin límites, sin fronteras, sin definiciones sin absolutos. Queremos hacer una celebración del sueño y el ideal de un mundo sin países sin opresores de la libertad sin explotadores. Un mundo con alma, espíritu y sensibilidad.
La realidad está hecha a la medida. Queremos concretar un mundo sin medidas donde cada pequeña acción desde la singularidad sume a la realidad universal. Por eso cantamos y por eso bailamos. Creamos porque la poesía es el lenguaje de la creación que configura el sentido de la vida e insufla el ánimo para seguir luchando en la batalla sin tregua contra la muerte que sabemos no ganaremos y que aun así es nuestro gran móvil.
¡Con amor con pasión te invitamos a vivir en nuestra casa!

Cómo llegar


Los espacios de La Casa y sus colecciones

La Casa de Salud, en sus aproximadamente 2.000 metros, presenta siete espacios dedicados al goce, con ambientes diseñados para el encuentro festivo: cinco barras, 3 salones para fumadores, dos escenarios, tres pistas de baile. Sin embargo, la Casa no sólo se destaca por su calidad y variedad de espectáculos musicales, sino que también por su potente personalidad visual basada sobre la exposición permanente de obras de arte.

Uno de sus rasgos más importantes es la presencia de grandes Murales en los salones principales de la casa. En total son 8 obras originales de autores concepcionenses, cuyos diseños, realizados exclusivamente para la Casa, reflejan tanto el alma de cada artista como el espíritu local y universal que este lugar encarna. El primero, el Camino de la Salud, fue realizado en el Salón Principal en dos partes, la primera en la primavera de 2013
y la segunda en el otoño de 2015, por Paulo Meyer, pintor hasta entonces residente en Santiago, y hoy artista residente de CDS radicado en Concepción. Reconocidos maestros locales de gran trayectoria nacional e internacional, como Jorge Zambrano, Gustavo Riquelme, Gustavo Molina y Luis Almendra entre otros, han contribuido con su imaginario y talento a dotar de silenciosa magia las noches festivas en los salones de la Casa.


A la colección de murales se suma una creciente colección de pinturas, grabados, dibujos, esculturas, máscaras, banderas, antigüedades y objetos diversos de todo el mundo, donados por los socios fundadores, por artistas y por el público o adquiridos por la Casa, para apoyar a los creadores y para generar una experiencia estética total, donde las artes plásticas acompañan y apoyan naturalmente lo musical y lo escénico.


Esto está presente en todos los salones, como en el Salón de la Fama, o Salón de los Pájaros, cuyas representaciones de aves en múltiples técnicas y disciplinas, muchos de ellos donados, otorgan una metáfora precisa del viaje psicodélico del salón de la música electrónica. También en uno de los patios de fumadores, conocido como Patio de las Máscaras, que ofrece una colección de máscaras de todo el mundo y que nunca deja de crecer gracias a la colaboración de incontables amigos; así mismo, en el Salón de la Infamia, lugar en el que se exponen pinturas, esculturas, polémicas obras de taxidermia, banderas de movimientos políticos y una colección de afiches de la Unidad Popular. La Unidad de Geriatría se caracteriza no sólo por sus famosas butacas de teatro y el mural de
Luis Almendra, restaurado después de un incendio, sino también por sus antigüedades.
El patio de fumadores contiguo, llamado Salón del Tiempo, donde junto al mural de Gustavo Riquelme, se presenta una colección de retratos fotográficos de artistas y amigos de Concepción, realizados por Pablo Barra. En el Salón Principal, destaca la colección de esculturas del Sudeste Asiático junto a algunas piezas textiles indígenes, latinoamericanas y orientales. En el exterior, antiguas lámparas de cine, iluminan la calle y señalan inconfundiblemente la Casa. De este modo, cada rincón de CDS está dotado de una misteriosa y potente vida anímica encarnada en multitud de obras de arte, antigüedades y objetos especiales que refuerzan la vivencia espiritual de la fiesta

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